Y es que rara es la vez que, cuando mi marido y yo estamos haciendo el amor, lo hagamos del tirón sin interrupciones...y no, no es porque tengamos niños...es porque tenemos teléfono y perro..si, si..leéis bien...nuestro querido perro es un casino "porculero" que no soporta ver como nos hacemos alguna carantoña sin que él esté metido de por medio. Cuando mi marido y yo vamos a la cama a "contarnos chistes bajo las sábanas" debemos encerrarle en el comedor para que no se cuele al dormitorio...eso sí, lo dejamos llorando e intentando por todos los medios quitar la barrera que lo impide pasar para venir con nosotros. Un día pensábamos que el perro estaba en el balcón mirando la calle (como suele hacer muy a menudo) así que nos dieron ganas de contar chistes y sin confirmar que el perro estaba ahí, nos fuimos al dormitorio y le pusimos la barrera, por si acaso se daba cuenta de que no estábamos...cual fue nuestra sorpresa cuando en mitad del proceso, lo vemos sentado a los pies de la cama (en el suelo, no encima) y mirándonos fijamente como diciendo "¿qué coño estáis haciendo?" ¡ale! ¡a tomar por culo el chiste!.el muy puñetero se había metido debajo de la cama, y no nos dimos cuenta...no sé vosotros, pero a mi me corta mucho el rollo haciéndolo mientras mi perro me mira...
Pero el perro no es el único que nos "corta el rollo" en mitad de nuestras intimidades...otro gran culpable es el teléfono...¡maldito teléfono! parece que solo funcione cuando estamos con los chistes...siempre hay alguien dispuesto a no permitir que procreemos, cuando no es el amigo para que bajemos a tomar algo, es mi suegra, o es mi sobrina para preguntarme algo de los deberes o es mi madre...¡sobretodo mi madre!
En el mejor momento del chiste Riiinggggg riiiingggg riiingggg ¡cagonlavirgendelpalomar!y aunque siempre decimos "déjalo que suene, no lo cojas", seguimos con nuestro chiste...y justo en ese momento: riiiinggg riiiiinggg riiinggg ¡maldita sea! esta vez es el móvil, que claro, si ven que no cojemos el fijo, deducen que estamos fuera y llaman al móvil...ya harta de interrupciones (que llega un momento que parecemos antena 3 con el "volvemos en 6 minutos") vas a ver quien osa perturbar tan íntimo momento, y efectivamente, en la pantalla del móvil lees: "Llamada perdida de: Mama"...parece que lo huele la jodía...justo en ese momento vuelve a sonar el teléfono:
-Si, dígame?
-¡Hombre hija! ¿Dónde estabas? Llevo un rato llamándote y estaba preocupada...
-Pues...es que me estaba duchando mamá
-Aaah...¿y tu marido? ¿no puede cojer el teléfono o qué?
-Es que...no está...ha ido a comprar el pan...
-¿El pan?¿Ahora?¿A las cinco de la tarde?
Y así estas un rato, soltando mentirijilla tras mentirijilla, intentando que parezca lo más creíble posible, con tal de no decirle a tu madre de 70 años y chapada a la antigua que en verdad estabas en la cama echando un pinchito.
Luego tiene el morro de decirme:
-A ver cuando me traéis un nieto, que ya va siendo hora...
En ese momento mi cara es un poema, que no sé si reír, llorar o mandarla a freír espárragos...
-Si mamá, cuando la crisis nos dé un respiro iremos a por el nieto
Le contesto siempre, porque ya no sé ni qué decir...
-La crisis, la crisis, siempre excusa de la crisis, ¡dónde comen dos comen tres! Tu abuela tuvo 9 hijos y antes se pasaba mucha más hambre que ahora...
-Claro mamá, pero no había teléfono...
-¿Cómo?
-Nada mamá, nada...
Al final hemos optado por mirar por cada rincón de el dormitorio y buscar al perro para que no nos dé más sustos, y por desconectar los fijos y poner los móviles en silencio...y por si acaso les da por llamar al interfono, cerramos la puerta de la entrada y la del dormitorio...cerramos ventanas y persianas...vamos una "jartá" de cosas para poder echar un kiki...aunque es cierto que luego, merece la pena ;)
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